Vicente Touzón Veiga nació en el año 1947, en Santa Eufemia, municipio de Caurel, un enclave montañoso al sureste de la provincia de Lugo, donde vivió hasta los 15 años, dedicado a las faenas del campo y asistiendo a la escuela del pueblo. Luego estudió en Monforte, Lugo y Bilbao, antes de asentarse definitivamente en Vitoria-Gasteiz, donde trabajó por cuenta ajena, fue empresario… y dedicó los últimos años de su vida laboral a la enseñanza, como profesor en el Instituto Mendizabala, donde ejerció como director durante ocho años.

Aunque no lo reconoce a menudo, también ama a su tierra adoptiva, pero lleva un mensaje delator: morriña permanente, saudade crónica. Al dejar su tierra se quedó una parte de su espíritu atrapada en la oquedad de un castaño milenario; de ciento veintisiete años reencarnada en lechuza (a Churiña) y le hacía compañía por las noches.

Seguramente eso de la morriña y la saudade es solo un mito; tal vez es un mal que ataca ciertamente a todos los gallegos cuando están lejos de su tierra, debido a un conjuro de la «meiga-madre» para mantener vivo el recuerdo en sus hijos esparcidos por el mundo; o quizá es solo un eco entre los pliegues del vestido de Galicia.